Hoy fue uno de esos días en que todo me evoca a ti. Te extrañé cada segundo del día y ni siquiera tengo por qué.
Estás lejos, física y mentalmente. En más de 20 años he estado junto a ti menos de 10 días y aún así tengo tu olor, tu voz, tu rostro y tu mirada clavadas en mi alma.
No debo pensarte. No debo extrañarte. No debo amarte.
¿Evitarlo?
No puedo.