Hace 20 años yo era una persona, un ser humano, individuo, mujer, era yo. Luego tomé una decisión y me multipliqué, con esa tan machacada cantaleta de siglos en los que sólo cuentas si te compartes. Y me perdí.
Pero es un error decirlo, confesarlo; declarar que la vida se te trastorna sin regreso es casi una blasfemia, quedas a merced de los puristas y ciegos (y ciegas) que prefieren seguir repitiendo el discurso. Aunque ya me cansé.
Quizás fue un error, quizás fue lo único bueno que he hecho y haré, elegir una u otra es cuestión del día en que lo piense. Hoy no. Hoy quiero olvidarlo y fingir que nunca pasó. Pero olvidar es de las muchas cosas que no sé hacer, así que lo pienso y concluyo: ser madre me robó mi ser.
