Rastros
Dicen que cuando caminas, dejas rastro.
He caminado ya casi 4 décadas y creo que tengo pies ligeros.
Para dejar marcas, elegí las flores.
La primera, hermosa y simple, sin matices ni detalles; muestra el inicio de una aventura propia, en un camino desconocido y sin acompañantes.
La segunda (o segundas, pues son dos) aparecieron en mi vida para enseñarme que Todo Pasa (Quae fit); y como el diente de león, tienden a cambiar de forma, color y sustancia...y con el tiempo, se van.
Se irán.
Y yo recordaré que alguna vez fueron mías, y que las vi nacer, crecer, cambiar y volar.
Entonces, sin más, yo también pasaré.