28 sept 2020

2020

Este número, referido al año de la época actual, será recordado por la mayoría de la población mundial como algo catastrófico, registrado en la historia como el momento en que nuestra realidad se alteró de la noche a la mañana. Creo que si los dinosaurios hubiesen sido capaces de registrar sus vidas, algo así habrían hecho cuando cayó el meteorito que fue el principio del fin para su existencia sobre el planeta.

Es un poco prematuro decir que estos acontecimientos marcan el principio del fin para la humanidad, pero sí lo ha sido para el estilo de vida que teníamos hasta principios del año.

Hace ya 6 meses que se paralizó el país en donde vivo; la incertidumbre de lo que pasaría en las siguientes semanas (ahora convertidas en meses, probablemente años) se ha manifestado en muchas formas. 

Sin caer en fanatismos de ninguna índole, el fin de semana me hicieron recordar algo: el universo está hecho de vibraciones energéticas (científicamente confirmado) y el ser humano es parte del universo, por lo tanto no puede excluirse de esta fuente de energía; y la frase que me hizo pensar fue "el mundo está vibrando muy bajo".

Entonces caí en la cuenta de que yo formo parte de ese mundo (aunque no quiera) y que también estoy vibrando bajo. Las razones son muchas y no tienen demasiado qué ver con la pandemia; desde antes de este cambio mundial mis pensamientos (energía) y acciones (manifestación de la energía) han sido negativos.

Sé que cambiar mi nivel de vibración no va a cambiar el del mundo entero, pero quizá me ayude a soportar un poco más el ambiente externo.

No estoy diciendo que ya, a partir de este momento, seré un ser luminoso y positivo (ja ja ja) pero creo que sí podré hacer pequeños cambios de a poquito, para ver si en algún momento esto repercute en el exterior.

Al menos ya escribí UN post en mi blog este año 😅